Amores inciertos

Roberto y Adriele estaban a punto de cumplir dieciocho a os de matrimonio en los pr ximos d as y celebrar an la fecha en una de las playas m s bellas y famosas de Florian polis. Sin embargo, al pedirle a su marido que comprase algunas cosas en un supermercado el d a antes del viaje, la esposa acab haci ndole conocer y se interesar por una linda joven que atend a en la caja.Mirando los productos colocados en la taquilla, Katiuscia dedujo que el cliente deber a ser soltero, a pesar de tener el doble de su edad. Despu s de todo, un hombre casado posiblemente no estar a comprando una botella de vino, una de tequila y algunas verduras envasadas al vac o un viernes por la noche.Despu s de varias sonrisas, de una conversaci n no muy despreocupada y de alejarse de la cajera, Roberto volvi al local y entreg una tarjeta de presentaci n a la chica por la que hab a quedado muy interesado. Sin embargo, como ella ya estaba atendiendo a otro cliente, l acab meti ndose en medio y por poco no dej caer las bolsas al suelo.Mientras la pareja que pasar a casi una semana en la capital del estado de Santa Catarina caminaba por las arenas gruesas y blandas y sobre las olas fuertes y cristalinas de la playa de Campeche, la chica que ignoraba que Roberto fuese casado envi un mensaje a su celular.Sin que la esposa sospechase de la implicaci n del marido, los paseos continuaron y ellos conocieron varios puntos tur sticos de Florian polis.El romance plat nico, pero que involucraba tambi n un gran deseo f sico entre el hombre casado y la chica muy caliente continu intacto hasta el regreso a S o Paulo, pero el marido que jam s hab a traicionado a su esposa necesitaba sopesar muy bien los pros y los contras, si desease vivir aquella aventura excitante e inolvidable.El primer encuentro, tan esperado por los dos, tendr a lugar en el patio de comidas de un shopping center en el d a libre de Katiuscia. Sin embargo, un desacuerdo hizo que la chica de veinti n a os de edad cancelase el compromiso contra do con el hombre de cuarenta y dos el d a anterior.Como el deseo carnal y la pasi n fulminante eran m s fuertes, ellos acabaron yendo al lugar acordado. Sin embargo, la joven prefiri esconderse en el piso superior para no ser notada y tal vez nunca bajarse la escalera mec nica para, entonces, quedarse con el hombre del que sab a poco m s que el nombre y la profesi n, pero que muchas veces hab a deseado que estuviese en su cama de soltero.Sin salir con ning n hombre hace mucho m s de un a o, la chica que varias veces dorm a desnuda tal vez necesitase esperar m s tiempo para finalmente hacer cosas que le gustaban mucho - y le hac an mucha falta.