A Cuatro Manos: (B&W) Poesia

Como un ramo comienza este libro hecho flor, "A cuatro manos", a dos latidos, a un solo coraz n anclado al verso, al que asisten estos dos poetas comprometidos, cada uno desde sus ra ces, Elena Virgen Hidalgo Figueredo, abogada, escritora, poetisa, cubana, y Javier Segura Morales, mexicano, intelectual y poeta.Y es que M xico llama innegablemente, y Cuba tiene o dos finos para la buena poes a, m s, s es puntal de la literatura cubana como lo es la espinela que trabaja Javier con maestr a, conocimiento, t cnica y poes a. Una voz que fluye con avenencia, ritmo y va armando m tricamente el dise o octos labo de la d cima: Con iron a a la vida, asume el ejercicio de la palabra y alza su voz al revoloteo de los d as por donde transita el hombre, asume y ocupa un lugar en la geograf a, y es capaz de traspasar fronteras. Poes a cruda, ir nica, desafiante, apasionada, jacobina, verbo que apunta con valent a a la realidad de un mundo que desaf a desde su pluma, como el ave al horizonte en pleno vuelo. Por otra parte Elena lleva dentro del verso el lirismo de las musas que descienden e iluminan la ingeniosa creaci n de la autora, una poes a dulce, pero a la vez contrasta con fuerza en las im genes y c digos que utiliza, po tica calificada como "intima fuerza existencial", por el importante escritor cubano Marino Wilson, u otros m s all de las aguas insulares, Edy Rafael P rez, (escritor venezolano) encuentra en ella la fibra de la palabra escrita.Con poemas prisioneros de la rima, otras veces libera el verso de las c rceles de aire m s puro, libres como su alma cubana, desafiante y temeraria. Poemas que disienten, el arte mayor con el arte menor como Poemas que muestran el dominio de la autora para ambos g neros dentro de la poes a, el verso libre y la d cima sin perder jam s su l rica pluma. Quiz s existan contrastadas la sensibilidad insular cubana y la sensibilidad mexicana continental, entramos a una zona donde el verso es aliado y el coraz n bendecido por los matices de ambas culturas, que se mezclan en el abstracto lienzo po tico que dibuja, y va dando color a esta creaci n, obra que muestra los tornasoles de dos saberes, accidente y efecto, y el esp ritu de indispensable existencia. Dos cantos que asumen con rigor el desaf o de un encuentro se toman de las manos, entrelazan sus dedos cual alianza, y asumen a duelo de vida el llamado de una cubana; parafraseando a Mart ; responde Javier, desde M xico a Elena: